viernes, 20 de junio de 2014

EL SANTO PADRE: HAY QUE DARLE ÉTICA A LA FINANZA

El Pontífice recibió a los participantes del Congreso "Invertir en los pobres" (Investing for the Poor)
Es importante que la ética reencuentre su espacio en las finanzas y que los mercados se pongan al servicio de los intereses de los pueblos y del bien común de la humanidad. Así lo ha señalado el santo padre Francisco al recibir hoy a los participantes del Congreso "Invertir en los pobres", promovido por el Consejo Pontificio de la Justicia y de la Paz en colaboración con el Catholic
En el evento al que participan también representantes de la Curia Romana se quieren estudiar formas innovadoras de investigación, que puedan dar beneficios a las comunidades locales y al ambiente circundante, así como una remuneración justa. 
El Papa ha afirmado que este Congreso ofrece una "contribución importante en la búsqueda de vías actuales y practicables para obtener una mayor equidad social".
El Impact Investing es una forma de inversión que se propone beneficiar a las comunidades locales y respetando el medio ambiente y conseguir además un rendimiento equitativo. El inversor que sigue este método, como ha explicado el Pontífice, es "consciente de la existencia de graves situaciones de inequidad, de profundas desigualdades sociales y de las penosas condiciones de desventaja que afectan a poblaciones enteras". Por eso, ha proseguido, "se dirige a instituciones financieras que utilicen recursos para promover el desarrollo económico y social de las poblaciones pobres, que otorguen fondos de inversión destinados a satisfacer sus necesidades básicas ligadas a la agricultura, al acceso al agua, a la posibilidad de contar con viviendas decentes a precios asequibles, así como a servicios primarios para la salud y la educación".

Francisco ha explicado que estas inversiones quieren tener una repercusión social positiva en las poblaciones locales, lo que se traduce en la creación de puestos de trabajo, en el acceso a la energía, a la instrucción y al incremento de la producción agropecuaria mientras el inversor recibe beneficios más limitados respecto a otras formas de inversión. "La lógica de estas formas innovadoras de intervención es la que reconoce el lazo original entre beneficio y solidaridad y la existencia de un círculo fecundo entre ganancia y don. La tarea de los cristianos es volver a descubrir, vivir y anunciar a todos esa unidad, inapreciable y original entre beneficio y solidaridad", ha afirmado.
Por otro lado, el Santo Padre ha destacado que es "importante que la ética reencuentre su espacio en las finanzas y que los mercados se pongan al servicio de los intereses de los pueblos y del bien común de la humanidad". Asimismo ha exclamado que "no podemos tolerar más que los mercados financieros gobiernen la suerte de los pueblos en vez de satisfacer sus necesidades o que unos pocos prosperen recurriendo a la especulación financiera mientras muchos padecen las consecuencias".
 La innovación tecnológica -ha indicado- ha aumentado la rapidez de las transacciones financieras, pero ese aumento tiene sentido si se demuestra capaz de mejorar la capacidad de servir al bien común. En particular, "la especulación sobre los precios de los alimentos es un escándalo que acarrea graves consecuencias en el acceso a la comida de los más pobres. Es urgente que los gobiernos del mundo entero se comprometan a poner a punto un marco internacional capaz de fomentar el mercado de la inversión con alta repercusión social, para poder contrarrestar así la economía de la exclusión y del descarte", ha observado el Papa.

Para finalizar su mensaje a los participantes del Congreso, el Obispo de Roma ha recordado que hoy la Iglesia festeja a "santos Quirico y Julita, hijo y madre, mártires bajo Diocleciano después de haber dejado sus bienes a los pobres".  Por eso, Francisco ha pedido al Señor que nos ayude a "no olvidar jamás la fugacidad de los bienes terrenales y a comprometernos en el bien común, con un amor preferente por los más pobres y débiles".

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