domingo, 12 de octubre de 2014

DELEGADOS DE DISTINTAS CONFESIONES CRISTIANAS INTERVIENEN EN EL SÍNODO.

Concluida ayer por la tarde la décima congregación. Entre los temas: los desafí­os de la familia y la necesidad de una preparación adecuada al matrimonio y de una reflexión sobre las bodas entre creyentes y no creyentes.
La décima Congregación general ha contando con la participación de siete delegados fraternos de las distintas confesiones cristianas. La intervención del octavo delegado, el metropolita Hilarion, presidente del Departamento para las Relaciones externas del Patriarcado de Moscú, será pronunciado en los próximos días.
En sus intervenciones, los delegados fraternos han expresado al Santo Padre y a los padres sinodales, gratitud por la invitación a participar en la Asamblea. A continuación, cada uno ha presentado la cuestión de la familia en el ámbito de la propia confesión cristiana.
En conjunto, se han subrayado los desafíos y las esperanzas volcadas en el núcleo familiar comunes a todos los cristianos: la familia -se ha afirmado- es fundamental para la sociedad, es base fundamental de la comunión en la justicia. Cierto, las dificultades no faltan: la crisis económica llega, los medios de comunicación reducen los momentos de diálogo entre los muros domésticos, proponiendo a veces también modelos que inducen al adulterio; las guerras, las migraciones, la globalización, el drama de enfermedades como el SIDA y el ébola, el fundamentalismo islámico presente en algunos países, ponen continuamente en peligro el bien de la familia, cada uno en su contexto.
Asimismo, se ha observado que entre los cristianos también es común la necesidad de una preparación adecuada al matrimonio y de una reflexión adecuada en las bodas entre creyentes y no creyentes.
En lo relacionado con los divorciados vueltos a casar, se ha indicado que a menudo su acogida en la Iglesia puede donar nueva esperanza, inspirando una gran vida familiar que crea una gran sociedad.
Esencial, por tanto, la escucha  por parte de las confesiones cristianas, de quien se encuentra en situaciones familiares difíciles, en cuyas situaciones son necesarias cada día misericordia y compasión, porque las Iglesias siempre quieren ser de ayuda a los que sufren, mirando tanto la Sagrada Escritura como los problemas de la contemporaneidad.
Se ha expresado voluntad de escucha y comprensión, lejos de cualquier tipo de condena, en lo relacionado con las personas homosexuales, aún reafirmando que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. Se ha manifestado atención particular también por los niños nacidos en contextos difíciles y por todas las víctimas de la violencia, sobre todo mujeres y menores, porque es común, entre cristianos, la defensa de los más vulnerables, de aquellos que no tienen voz, sean creyentes o no.
Otro tema central en las intervenciones de los delegados fraternos, ha sido el del anuncio del Evangelio: la familia -se ha observado- es la primera escuela de fe, es el lugar en el que se aprende a conocer y a difundir la Buena Noticia y es por tanto esencial que los cristianos compartan la "alegría del Evangelio", ese “evangelii gaudium” invocado por el papa Francisco.
Algunas diversidades de postura se han encontrado, por ejemplo, en el tema de la regulación del nacimiento, subrayando la libertad de conciencia de los creyentes, siempre en el respeto del sentido del amor y del matrimonio. Además, en relación al segundo matrimonio, se ha dicho por la parte ortodoxa que éste representa una desviación y que se celebran, pero después de un periodo de acompañamiento por parte de la Iglesia, para intentar llevar a los cónyuges a la reconciliación.
Finalmente, hubo un agradecimiento por parte de los delegados fraternos de la Iglesias presentes en Oriente Medio para el Santo Padre, por la Vigilia de oración por la paz en Siria y en el resto del mundo, celebrada el 7 de septiembre de 2013. En este contexto, se ha reiterado la responsabilidad de las familias cristianas medio-orientales en la evangelización dentro de un contexto en su mayoría islámico.

Y así, todas las intervenciones se concluyeron con el deseo de que el Sínodo extraordinario sobre la familia tenga éxito, también en vista de la Asamblea ordinaria en programa para el 2015.

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