sábado, 21 de febrero de 2015

CONVERTIRNOS AL AMOR DE DIOS. CUARESMA 2015.

Estamos ya en plena cuaresma, y como familia nos gusta plantearnos cómo podemos vivirla, qué podemos hacer para que estos días sean de verdad un camino de conversión. Este es el argumento en nuestra parroquia, en nuestro grupo de matrimonios, es un propósito que nos hacemos tanto a nivel personal, como familiar y también a nivel comunitario.
Después de leer y meditar con el mensaje del Santo Padre para la Cuaresma, nos quedaba claro cual tiene que ser nuestra conversión en esta Cuaresma 2015: “Convertirnos al amor de Dios”. Para la familia, esta es una invitación a hacerlo juntos, a animarnos unos a otros, venciendo “la indiferencia desde la actitud de servicio”, que también a veces en la vida de familia puede tentarnos. Y todo porque tenemos al gran aliado entre nosotros, que desde el seno del Padre vino a morar entre nosotros, porque “la Encarnación del Hijo de Dios abrió definitivamente la puerta entre el cielo y la tierra, la indiferencia del hombre hacia su hermano, es un obstáculo que tapona esa puerta”.
Y cómo responder a tanto amor hacia nosotros, “una de las respuestas a Dios que nos ama inmensamente es el servicio a nuestros hermanos, un amor concreto al que está a nuestro lado” porque “el amor vence la indiferencia y nos anima a servir de forma concreta a nuestra familia”. Y así, junto a otras “familias que venciendo su indiferencia hacia los demás, sean islas de misericordia en el mar de la indiferencia, junto a otras familias”. “Propongámonos para esta cuaresma, como familia, tener un corazón “de carne” que no nos ayude a abrirnos a los demás, a ser familia de los demás, junto a otras familias”.

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