domingo, 25 de octubre de 2015

CARTA DE UN HIJO A TODOS LOS PADRES DEL MUNDO.

CARTA DE UN HIJO A TODOS LOS PADRES DEL MUNDO.

No me des todo lo que te pido
A veces, sólo pido para ver hasta cuánto puedo coger.

No me grites
Te respeto menos cuando lo haces;
y me enseñas a gritar a mí también.
Y yo no quiero hacerlo.

Cumple las promesas, buenas o malas.
Si me prometes un premio,
dámelo; pero también si es un castigo.

No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o mi hermana.
Si tú me haces sentirme mejor que los demás, alguien va a sufrir;
y si me haces sentirme peor que los demás, seré yo quien sufra.

No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que se debe hacer.
Decide y mantén esa decisión.

No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las digo yo por ti, aunque sea para sacarte de un apuro.
Me haces sentirme mal y perder la fe en lo que me dices.

Cuando estás equivocado en algo, admítelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti.
Así me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.

No me digas que haga una cosa y tú no la haces.
Yo aprenderé siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas.
Pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.

Enséñame a amar y conocer a Dios.
Aunque en el Colegio y en la Catequesis me quieren enseñar,
de nada vale si veo que tú ni conoces ni amas a Dios.

Cuando te cuente un problema mío, no me digas “no tengo tiempo para bobadas” o “eso no tiene importancia”.
Trata de comprenderme y ayúdame.

Y quiéreme. Y dímelo.

A mí me gusta oírtelo decir,
aunque tú no creas necesario decírmelo.

FUENTE:
Juan Jáuregui
Materiales Litúrgicos y Catequéticos

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