domingo, 13 de diciembre de 2015

ADVIENTO 2015. III DOMINGO DE ADVIENTO.

Encendemos la tercera vela de nuestra corona. Esta semana vivimos esforzándonos en vivir la tolerancia.


16 de diciembre de 2012
Primera lectura: Sofonías 3, 14- 18. " El Señor se alegra con júbilo en ti"
Interleccional: Gritad jubilosos: " Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel"
Segunda lectura: Filipenses 4, 4-7. " El Señor está cerca"
Evangelio: Lucas 3, 10- 18. "¿ Qué hacemos nosotros?"

RELATO: EL REGALO DE LA ARAÑA:

Érase una vez una araña que vivía muy tranquila en el techo de un portal y que sólo tenía que preocuparse de poner su tela en algún sitio nuevo de vez en cuando para alcanzar su comida.
 Una noche de navidad aparecieron, acompañados del dueño, un hombre con una gran barba, llamado José y una mujer embarazada, de nombre María. Parecían muy cansados y se acomodaron como pudieron para pasarla noche.
Cuando la araña se había quedado medio dormida empezaron a pasar cosas, la mujer dio a luz a un niño muy bonito que debía ser alguien muy especial porque una gran estrella con una cola resplandeciente estaba arada sobre el portal. La estrella era tan brillante que se veía desde todos los lugares del mundo y al portal comenzó a llegar gente de todas partes. Todos llevaban regalos. Los del pueblo les llevaban ropa, mantas y toda clase de cosas útiles para un recién nacido, los pastores venían con leche, queso y contando que se habían enterado de la noticia del nacimiento de un niño. Lo más espectacular de toda la noche ocurrió cuando aparecieron tres hombres con una extraña indumentaria venidos de lejanas tierras y que decían haber seguido a la estrella que iluminaba el portal hasta allí, se llamaban: Melchor, que le regalaba oro, Gaspar, que le regaló incienso y el último Baltasar que le obsequió con mirra. 
La araña cuando contemplo todo lo que estaba sucediendo en su casa se puso un poco triste porque ella no tenía nada para regalarle. De pronto noto un gesto de preocupación en la cara de la madre, en una de las paredes había un agujero por el que entraba un chorro e aire frío que le daba al niño, María intento taparlo con un chal pero se resbalaba y el frío seguía entrando. Entonces la araña tuvo una idea y se puso a trabajar e hizo una tela tapando el agujero, sobre esa hizo otra, y otra… y así hasta que no pudo entrar ni el más ligero soplo. Cuando terminó la araña se columpio agotada pero muy contenta, se dio cuenta de que la madre la estaba mirando y le daba las gracias con una sonrisa. Gracias a aquella sonrisa, la araña supo que también ella había hecho su regalo a aquel niño tan especial.Así fue como ocurrió uno de los hechos más curiosos, sorprendentes e inolvidables que se recuerdan por estas fechas, porque no lo olvidéis, la navidad esta llena de misterios y sorpresas.

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